EL ENMASCARADO DE PLATA

Un combatiente de lucha libre mexicana debe hacer frente a un grupo de villanos con nefastas intenciones. El héroe justiciero se enfrenta al mal sin otra arma que la máscara plateada que le da nombre.

Pese a que El Enmascarado de Plata es el epíteto con el que dio a conocer El Santo (Rodolfo Guzmán Huerta), el personaje más célebre de la lucha libre mexicana, él no participó en esta película, puesto que le ofrecieron el papel en un momento en el que su carrera como pugilista estaba en alza y mostraba ciertas reticencias a dar el salto a la gran pantalla. En su lugar, se puso tras la máscara plateada El Médico Asesino («Los campeones justicieros»), otro luchador menos popular cuyo nombre real quedaría en el anonimato, puesto que más tarde cedería su nombre a otros profesionales del cuadrilátero, creándose cierta confusión al respecto.

La cinta no fue ni de las más populares ni de las mejor consideradas del género, ni pasaría a los anales del cine de México. No sería hasta años más tarde que el auténtico Enmascarado de Plata, El Santo, protagonizaría su primera película, «Santo contra Cerebro del Mal», revitalizando el cine de luchadores mexicanos.